Si tenemos que hablar de películas de cine con adaptaciones de videojuegos exitosas, no son muchas las que puedan presumir de esa definición. No estoy diciendo que no existan, pero cuando se anuncia la adaptación de una película a un videojuego pues, tradicionalmente, los resultados suelen ser inferiores a lo esperado. Y da igual el género al que pertenezca el juego, parece que hay un estigma que hace que títulos basados o inspirados en esos ''blockbusters'' pues casi siempre se queden cortos.
Pero de vez en cuando encontramos experimentos que, si bien no son un exitazo, pues demuestran que saben darle la vuelta al concepto y con una formula sencilla hacerlo divertido. Es el caso de Maneater, un curioso juego de mundo abierto con toques de RPG cuya premisa parece sacada de la serie de películas de Tiburón (Jaws) con un plot twist: eres el bicho ''malo''.
Y digo ''malo'' entre comillas porque, a fin de cuentas, un animal como este se guía por instintos, no por crueldad o maldad como lo han representado muchos films, empezando por el de Steven Spielberg; pues aunque me guste he de admitir que les ha dado muy mala fama a estos animales cuando no son más sanguinarios que otros depredadores que viven en el mar o en tierra. Pero discursos ecológicos aparte, la premisa de Maneater no sólo es divertida porque encarnamos a un escualo que puede incluir al ser humano entre su menú, sino por la progresión que tiene como semi RPG.
La evolución de nuestro tiburón en forma de documental
El caso es que el tutorial del juego muestra el escenario de un tiburón que ronda las playas de una población ficticia en la Costa Este de los EE.UU, Port Clovis. Nuestro alter ego acuático es capturado como trofeo por Scally Pete, un despreciable y sádico pescador de tiburones que no respeta en absoluto a los animales que caza. En ese momento, el protagonismo salta de una generación a otra, literalmente, porque la cría del escualo que acaba de matar es el tiburón que controlaremos.

Empezaremos siendo sólo eso, una cría de tiburón lamia (o más conocido como tiburón toro, de ahí que podamos sobrevivir en agua dulce en los ríos del juego), y a base de ingerir todo lo que se nos pone enfrente -desde fauna marina, hasta residuos químicos de la población en la que tiene lugar el juego- podemos desarrollar distintas partes del cuerpo de este tiburón que le permiten pelear no solo contra especies igual de peligrosas o más que él (caimanes, otros tiburones, orcas, hasta cachalotes en las fases avanzadas del juego), sino que lo hacen especialmente resistente a todo tipo de daños.
Esa es la premisa para explorar las aguas de la población de Port Clovis, haciéndonos más grandes, y como si reflejáramos a la inversa el argumento de la película de Tiburón, dar caza a Scally Pete para vengarnos por la muerte de nuestra madre.
A nivel jugable, en realidad es un título bastante sencillo tirando a simple, pero no necesita mucho más para entretener
A nivel jugable, en realidad es un título bastante sencillo tirando a simple, pero no necesita mucho más para entretener. En ese sentido, refleja bastante bien la filosofía que suele seguir todo escualo, y que citando a Terry Pratchet en su novela Tiempos Interesantes de la saga Mundodisco, se resume en ‘’Lo veo = Me lo como’’. Maneater es un juego sencillo que disfruté y mucho la primera vez que lo jugué por su simplicidad: la mecánica de comer todo lo que tengas enfrente para mejorar tu escualo adquiriendo grasas, proteínas y minerales (y mutágenos) para luego en tu cueva evolucionar ciertas partes de tu anatomía haciéndote más letal es simple pero adictiva.

Habiéndolo jugado recientemente otra vez, pensé que sería más aburrido, y si bien es cierto que se confirma su simplismo, en parte ahí radica su diversión: es un RPG de mundo abierto a lo arcade. Hay zonas que explorar, coleccionables que conseguir y otros depredadores que eliminar para subir de nivel, así como saber cuando y donde atacar a los bañistas cuando es necesario para progresar. Y es que, la parte en la que has de cazar a los bañistas o a los cazarrecompensas que envían a por ti es la más sangrienta del juego.
Los desarrolladores del juego (Blindside Interactive) claramente quisieron darle un cierto placer morboso a la parte de eliminar humanos por las reacciones que tienen cuando los agarramos para llevárnoslos bajo el agua cuando aún están vivos o -como si fuésemos una orca- darles un golpe con la cola para lanzarlos contra otro bañista o barco para dañarlo. En resumen, si queréis dar rienda suelta a vuestra ‘’crueldad’’ como depredadores, este juego lo consigue. Pero no todo tiene que ser sangre y muerte en Maneater. Tambien hay espacio para el humor, aunque algo casposo.
Homenaje a documentales sensacionalistas y cine blockbuster
La trama de Maneater está narrada como si estuvieramos viendo uno de esos programas de televisión que se centran en la grandiosidad o asombroso de lo que cubre, con el sensacionalismo propio de las cadenas de televisión privadas de EE.UU. ante ciertos hechos. Los comentarios que el ''anchor'' del ''programa'' hacen son tan ridículos que consiguieron arrancarme alguna risa. Las escenas del juego en las que seguimos a Scally Pete también están narradas de esa forma a modo de entrevistas en su barco.

Por supuesto, es una sátira a este tipo de producciones y a la figura de los pescadores que se dedican a cazar estos animales y otros solo por deporte. Y vale, a modo de mini spoiler, Scally Pete tiene motivos para odiar a los tiburones, pero se exageran para acentuar esa crítica. Eso sí, incluso en las escenas de más acción es impresionante y absurdo comprobar cómo mantiene la calma ante las mutilaciones que sufre por nuestros encuentros.
He visto chistes de ubicaciones a costa de películas como Water World, Oceans Eleven, James Bond o incluso a Bob Esponja
Pero no sólo hay críticas o cameos a la caza indiscriminada de tiburones o a la contaminación que provocamos los seres humanos en el mar. Port Clovis tiene puntos de interés que hacen referencias a la cultura popular, el cine y a los programas de televisión que más huella han dejado en el imaginario popular, no sólo a la película en la que está lejanamente basado el juego. He visto chistes de ubicaciones a costa de películas como Water World, Oceans Eleven, James Bond o incluso a Bob Esponja por mencionar algunos.
Sí, son detalles menores, pero al menos demuestran que los desarrolladores de Maneater no carecían de cierto sentido del humor al plantear estas bromas para descubrir en los puntos de interés, y curiosamente es lo que me hizo igual de entretenida mi reciente ''revisita'' al juego además de volver a poder ejercer de tiburón devorador de personas.

Con todo, si os hablo aquí de este juego y os lo recomiendo no es porque sea un clasicazo; no lo es. En realidad, es bastante discreto como juego, y no destaca tampoco en ningún aspecto más que en la idea de transmitir que te sientes como un tiburón y con ese humor cínico y ácido que destila en forma de crítica. No, si lo hago es porque, curiosamente, es una demostración de que, a veces, un juego no tiene porque ser excelso en sus apartados o planteamiento para que nos entretenga. Y Maneater lo consigue, pero sólo en dosis con moderación; no es especialmente largo (10-12 horas el juego base más unas 3 o 4 el DLC que tiene). Igualmente, si os atrae la idea, lo podéis encontrar fácilmente en Steam, y también en Epic Games Store.
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