Microsoft Windows lleva mucho tiempo lanzado actualizaciones para Copilot, su ya no tan nueva IA. En general, no pocos usuarios han manifestado que se sienten bastante cómodos con ella, pero yo sigo perteneciendo a ese grupo de usuarios que no terminan de confiar del todo en ella. Y no porque hace unos meses se colasen distintos malwares en su sistema de anuncios y recomendaciones, qué también, sino porque la trayectoria de Microsoft para con estos sistemas nunca ha sido la más llamativa del mundo. Por supuesto, esto es al final es un tema subjetivo basado en las impresiones de cada uno, y las mías no son buenas.
A lo largo de los años hemos visto como Windows intentaba integrar diferentes sistemas de inteligencia artificial en sus sistemas, siendo Cortana el último precedente que tenemos si no contamos a Copilot. A título personal, siempre fue más una molestia que una ayuda, y cada vez que formateaba mi ordenador, lo primero que hacía era desactivarlo. De hecho, le quitaba todos los poderes posibles, dejándolo en poco más que un residuo informático sin utilidad alguna. ¿Y eso por qué? Pues porque la cantidad de recursos que consumía y las utilidades que presentaba no eran suficientes. Es decir, para mí tenía más contras que ventajas.
Copilot es demasiado básico
Con Copilot, esta situación no es tan grave, pues está mucho mejor optimizado y no requiere tantos recursos. Esto es un paso hacia adelante, está claro. Además, funciona mejor y tiene otras muchas, por lo que ofrece un gran salto cualitativo cuando lo comparamos con Cortaba. Aún tiene trabajo por delante, y es muy posible que en el futuro sea una herramienta realmente potente e interesante. Pese a ello, sigo considerando que está por debajo de lo que necesitamos.
A fin de cuentas, la mayoría de capacidades de Copilot las podemos sustituir de manera muy simple. Por supuesto, como asistente virtual puede ir más lejos y ahorrarnos unos cuantos pasos, pero me parece insuficiente. Al final, lo que le pedimos a una IA de Windows es que sea capaz de resolver aquellos problemas y/o ejecutar esas tareas que nosotros no podemos llevar a cabo por falta de tiempo o conocimientos. Si solo se queda en lo básico, lo cierto es que no aporta demasiado.
Hoy día puede tomar capturas de ventana, generar resúmenes de documentos de Word, reescribir apartados, cambiar diseños de PowerPoint, realizar ajustes en una tabla de Excel y generar gráficos, escribir borradores de correo electrónico... Sin más, opino que se queda demasiado corto, sobre todo teniendo en cuenta que esto lo podemos hacer nosotros mismos sin mucha dificultad. Inclusive, podemos hacerlo recurriendo a otras IA si no queremos invertir nuestro tiempo, por lo que en muchos casos no tiene sentido recurrir a Copilot.
Más contras que virtudes
Es cierto que si instalas Power Automate la cosa cambia, pues se amplían el número de funciones, pero ya estás agregando un paso adicional que muchos usuarios casuales ignorarán por completo debido a que no saben qué es. Y es una pena, porque potencia muchas de las funciones que vimos anteriormente. Aun con todo, sigo pensando que tiene que ir un paso más allá. Y eso que los compañeros de Xataka nos comentaron hace tiempo 31 cosas que podemos hacer con Copilot que tal vez ni sepas.
Sea como fuere, sigo pensando que es insuficiente. No le veo tanta utilidad cuanto tienes otras IA que pueden hacer lo mismo. Tampoco cuando en la mayoría de los casos tú mismo puedes realizar esa tarea con un resultado infinitamente superior. Más allá de ciertas áreas en las que podemos no tener habilidad suficiente, como la de hacer un diseño (y tampoco es que este muy a favor de recurrir a una IA para esto), Copilot sigue siendo una herramienta demasiado básica como para convertirse en un estándar.
Más todavía cuando tenemos en cuenta que ha tenido problemas muy serios, como el del malware que os comenté anteriormente, o afecta —a veces— al rendimiento de nuestro PC. Así pues, si Windows quiere integrar una IA en su sistema operativo y que sea verdaderamente interesante, tiene que hacer que sea útil de verdad y no opere en términos tan bajos que hasta resulte irrelevante.
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