Si me hubiesen dicho que hay un Stardew Valley en el que puedo echar a mochazos de mi taberna a un borracho, lo habría jugado mucho antes

Traveller Rest
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Eres un tabernero y tu único propósito vital es transformar una vieja taberna en un lugar lo suficientemente confortable y atractivo como para ser todo un referente en el mundo de la hostelería. Con esta singular premisa se presenta —más o menos, ya que le he querido poner algo de color— Travellers Rest, un juego que me ha recordado mucho a Stardew Valley.

Al menos en las formas, puesto que limitarnos a la obra de ConcernedApe no solo sería un desacierto, sino que, además, estaríamos siendo muy injustos con Isolated Games, el equipo creativo detrás de Travellers Rest. Como suelo decir, las comparaciones son odiosas, pero nos ayudan a entender un poquito mejor las cosas. Al menos de entradilla, puesto que poco a poco somos capaces de ir viendo más allá.

Esto es lo que me ha pasado, precisamente, con Travellers Rest. De buenas a primeras, el juego me atrajo por su simpático apartado gráfico. Diseñado como un título tipo pixel art, su simpática paleta de colores y su desenfadada idiosincrasia me llamaron mucho la atención. Aparte, que fuera un juego indie y contase con textos en español incluso en su acceso anticipado me pareció muy interesante.

Tras darle varias vueltas, decidí darle una oportunidad. Hoy día no me arrepiento, aunque soy perfectamente consciente —y es algo que quiero que tengáis en cuenta— de que sigue siendo un juego en early acces. O lo que es lo mismo, todavía no está terminado. Lanzado en julio de 2020, lleva poco más de tres años en activo y, desde entonces, no ha dejado de lanzar actualizaciones.

Travellers Rest, toda una sorpresa en el mundo de los simuladores de vida

Vale, sí, todo eso está muy bien, pero... ¿Por qué te ha llamado la atención? De buenas a primeras, porque va muy al grano. Como muchos de vosotros ya sabréis, los simuladores de vida tienden a ir muy a su ritmo. El progreso es más bien lento y cuesta un poco hacerse un hueco en la comunidad. Aquí es mucho más sencillo.

Dejando fuera de juego a nuestros convecinos, Travellers Rest se centra muchísimo en la taberna. Sí, es algo que puede chirriar de buenas a primeras, pues desarrollar nuestra relación con la comunidad siempre es bien, pero tampoco está de más salirse de la rutina. Así pues, nuestros clientes no serán amigos, sino transeúntes aleatorios que visitarán nuestro establecimiento. Igualmente, sí que tendrá componentes sociales, así que no os preocupéis. Simplemente son menos relevantes. Al menos de buenas a primeras.

Algo lógico si tenemos en cuenta que somos un local de paso y, como tal, no nos relacionaremos demasiado con ellos. Lo que sí podremos tener son empleados, lo cual le da un punto muy, muy interesante al gameplay. A medida que progresamos, tendremos más y más clientes. Atenderlos mientras cultivamos materiales para crear nuestras propias cervezas puede ser complicado.

Es ahí donde entra el sistema de empleados. A medida que contratamos gente, automatizamos el proceso, pudiendo invertir cada vez más tiempo en labores de granjeo. Sin duda, es un cambio interesante, ya que nos permite disfrutar de la experiencia de una manera bastante original. Bueno, eso y que cuando un cliente se pone tono, podemos echarlo a mochazos. Sí, en efecto. A mochazos. Nuestra fregona no solo sirve para limpiar, sino también para echar a borrachos que se han pasado de listos.

No me pises lo fregao', niño

Con todo esto, podemos decir que la leyenda del no me pises lo fregao' ha llegado al mundo de los videojuegos con mucha, mucha fuerza. Tanto es así que no solo podremos echar a quienes la líen en nuestra taberna, sino que también podremos usarla como arma. He aquí, eso sí, algo que me ha dolido mucho. Acabar con la vida de un pavo que se pasea por el campo no me agrada, pero puedo asumirlo.

Ahora bien, tener que matar a mis pobres animales de granja a golpe de mochazo es algo que no me gusta tanto. En efecto, Travellers Rest, en una de sus últimas actualizaciones, ha metido animales de granja, pero me parecía tan dañino para mi salud mental tener que acabar con ellos que... Bueno, digamos que yo mismo me he terminado cerrando algunas puertas capitalistas.

Prefiero ver a mis cerditos pasear por la granja que hacer una hamburguesa, pero eso es cosa mía. Sí, lo sé, los píxeles no sufren, pero... Al final tendré que pasar por el aro, pero es algo que me duele mucho más de lo que me gustaría recoger. Sobre todo porque las caras que ponen dan mucha penita. Por lo demás, Travellers Rest me ha encantado y estoy deseando ver cómo sigue evolucionando su acceso anticipado.

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