Me gusta ser muy selectivo cuando hablo de sagas legendarias. No me sirve que hayan sido populares, sino que tienen que haber tenido un impacto palpable hasta hoy para que opine que lo son. De todas las que considero como tal en PC, hay un nombre que se quedó conmigo hace años, y cuya versión más nueva ansiaba probar: System Shock.
Si bien es verdad que System Shock 2 suele considerarse la joya de la corona (algo con lo que estoy de acuerdo), el primer juego de la franquicia fue toda una revolución. A día de hoy, pese a los arreglos que le hizo la Enhanced Edition, es un título que no ha envejecido súper bien, y eso fue lo que hizo que pusiese todas mis esperanzas de jugarlo en su remake.
System Shock Remake comenzó su desarrollo en 2015, pero desde entonces no ha hecho más que dar tumbos... o eso pensaba. Empezado como un proyecto en Unity Engine, varios retrasos dejaron en evidencia que había problemas en su desarrollo. Un cambio de motor prometía mejores gráficos, pero también retrasaba su lanzamiento una vez más. Al final, esta tendencia a retrasarse acabó volviéndose algo tan preocupante como esperado.
Tras anunciarse que no saldría en 2022, yo ya perdí la esperanza en el juego. Por muchas ganas que tuviese de System Shock Remake, los tropiezos eran demasiados como para jugármela con el hype. Aunque sus responsables, Night Dive Studios, afirmaran a principios de año que el lanzamiento de System Shock tendría lugar en marzo de este año, yo ya no me quería confiar.
Y ahí es cuando llegó el Steam Next Fest, el festival de demos exclusivas y descuentos indies de la plataforma de Valve. Una de las condiciones para poder participar en este es la de ofrecer demos nunca antes vistas, y ahí fue cuando mi sentido arácnido me avisó de que había algo ahí para mí.
En efecto, System Shock Remake tiene una demo nueva (que tú también puedes probar), y es todo lo que necesitaba para devolverme la ilusión por uno de los RPGs que más espero para 2023. Pero, ¿qué es lo que ha revivido mi ilusión por este complicado y dudoso proyecto?
La ambientación del juego es tal y como quería que fuera.
Al empezar a jugar, las primeras mejoras fueron fácilmente identificables. Un aire más cinemático y pulido empaña el juego, aunque su jugabilidad sigue siendo "old school". Con escenas de vídeo que te meten en la historia, animaciones nuevas pordoquier (¡incluso a veces demasiadas!), lejos quedó el aire de producto verde e inacabado que había definido al juego en mis ojos anteriormente. Empiezo a ver la luz al final del oscuro túnel para este turbulento desarrollo.
Pasadas las primeras impresiones, lo primero que llamó mi atención fue lo mucho que se parece la jugabilidad de este título a una versión más modernizada (con menos asperezas, pero aun así clásica) de System Shock 2. Uno de mis miedos era que el título fuese o bien demasiado shooter, o bien demasiado aburrido. Por suerte, respiro tranquilo pensando en que la versión final tendrá exactamente el mismo sabor interactivo que esperaba hace años.
No me malinterpretes, todavía tengo dudas y quejas. Las primeras vienen de lo complicado que ha sido traer este título a la vida. Con tanto retraso y cambio en su desarrollo y las miras del equipo, me preocupa que puedan haber intentado hacer "más" en vez de "mejor". Por otro lado, esto es algo que se nota en las animaciones y el feedback de las armas, algo que personalmente no me importa mucho porque no es lo que busco en un System Shock, pero que decepcionará a más de uno a no ser que mejore radicalmente antes de marzo.
De momento, toca esperar. Si bien ya he comentado varias meces que el juego saldrá el mes que viene, todavía no tenemos una fecha fijada al respecto, otro detalle que me hace dudar. A mes y algo (como mucho) de su estreno, System Shock Remake me tiene emocionado, pero también me obliga a mantenerme cauteloso pese a mi optimismo. Si esto te ha llamado la atención aunque sea un mínimo, te recomiendo probar su demo nueva en Steam.