Los juegos de rol duro vuelven a estar de moda. Siempre han tenido su hueco en la comunidad, pero rara vez habían tenido un impacto tan tremebundo como Baldur's Gate 3. Y eso que a lo largo de la historia hemos podido disfrutar de otros títulos igualmente interesantes. No obstante, dentro de ese núcleo más cerrado que bebe tanto de los juegos de mesa, pocos —o ninguno— habían tenido semejante recepción.
Y es una pena, la verdad, puesto que a lo largo del tiempo hemos podido disfrutar de otros grandísimos videojuegos... Como Pillars of Eternity. Hoy, en efecto, quiero hablaros del que podría ser uno de los mejores títulos de rol que se han lanzado en años. Algo que podemos intuir de buenas a primeras si tenemos en cuenta que el juego fue desarrollado por Obsidian Entertainment.
Pillars of Eternity es una de las mejores sagas de rol habidas y por haber
Sí, estoy hablando de los también creadores de Fallout: New Vegas (junto con Bethesda), South Park: La Vara de la Verdad, The Outer Worlds y Grounded. Solo con esto ya nos podemos hacer una idea de qué nos vamos a encontrar, aunque solo estaríamos arañando la superficie.
A fin de cuentas, no solo estamos hablando de una saga cuya continuación es tan (o mejor) buena como la primera parte, sino que, además, nació —en primera instancia— como un proyecto tipo Kickstarter con no otro objetivo más que el de disfrutar de una libertad creativa total.
Asimismo, pudieron coger mucho de aquí y de allá hasta hacerlo propio. Y si he arrancado hablando de Baldur's Gate 3 es, en cierto modo, por eso. Mientras que lo nuevo de Larian Studios se basa completamente en Dungeons and Dragons, Pillars of Eternity es algo así como un homenaje. Las influencias son claras, pero solo en la base.
Una pequeña obra de arte que merece llegar a más gente
Obsidian, con mucho tacto, se inspiró tanto en este como en otros juegos de rol de mesa tradicionales para desarrollar un sistema propio con mucha personalidad. Funcional —y complejo, pero en el buen sentido— como él solo, expresó con gran acierto las mayores virtudes de cualquier título de rol.
Hablo, por supuesto, de la libertad de elecciones, del sentimiento de inmersión y de la sensación de que, en efecto, tú eres el dueño de tu destino. Cada frase, cada respuesta y cada interacción, aunque estaba marcada por una serie de pautas, era tuya, lo que permitía que cada aventura se sintiese diferente a su modo.
De eso ya han pasado algunos años. Ciertamente, ahora que BG3 está aquí, el paso del tiempo le ha hecho mella y se siente un tanto antiguo, mas sigue siendo un auténtico juegazo. Uno de los mejores, sin duda. Tanto es así que ese concepto de «antigüedad» acaba perdiendo todo el sentido una vez te descubres ante las muy numerosas virtudes de un juego que sabe, muy bien, como usar los combates por turnos, la toma de decisiones, la perspectiva isométrica, la magia y la fantasía para crear una historia verdaderamente única.
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