Microsoft y Apple son descritas hoy día como empresas antagónicas. Inclusive, hay quienes dicen que son enemigas acérrimas, aunque la realidad es bien diferente. Al menos si nos ceñimos a determinadas épocas y eventos. Parece evidente que —por muy diversas razones— las comunidades de ambas marcas viven enfrentadas. En cierto modo, tiene lógica, puesto que sus máximos mandatarios chocaron en muchas ocasiones, pero no de manera tan constante (y diaria) como la de sus propias comunidades. Es una dicotomía un tanto extraña, la verdad, pero eso es arena de otro costal.
Sobre todo cuando lo que nos interesa en esta ocasión es otra cuestión. A fin de cuenta, hoy lo que quiero hacer es recordar aquellos tiempos en los que ambas empresas colaboraron de manera tan estrecha que hasta podemos adscribir el nacimiento del primer Macintosh (Mac) a la propia Microsoft. Esta trabajó con Apple antes de que fuese lo que hoy día conocimos desarrollando algunos de los programas que este ordenador empleaba. No obstante, esta es solo una de las muchas veces que han trabajado juntos. Tanto es así que, de hecho, Bill Gates salió en un anuncio que resaltaba las virtudes de ese mismo Mac. Eso y que Microsoft llegó a invertir 150 millones de dólares en Apple.
Microsoft salvó a Apple invirtiendo 150 millones de dólares
Tenemos varios registros de este evento, y es que nunca fue un secreto a voces. De hecho, hoy se puede acceder a la conferencia completa. Tuvo lugar el 28 de junio de 1997 y en ella, Steve Jobs declaró que Microsoft había realizado una inversión de 150 millones de dólares. De hecho, el discurso fue tenso. Los asistentes se lo tomaron muy mal, puesto que por aquel entonces ya se había creado ese extraño sentimiento de rivalidad entre ambas marcas.
"Quiero hablar de socios importantes. Apple necesita ayuda de unos socios y ofrece ayuda a otros socios. Y las relaciones destructivas no ayudan a nadie en esta industria. Así que durante las últimas semanas hemos analizado algunas de las relaciones y una de ellas ha destacado por no ir demasiado bien, pero tener el potencial, asumo, de ser excelente para ambas empresas", expresó. También comentó que la gente debía olvidar la idea de que, para que Apple venciese, Microsoft tenía que caer.
Algo que ganó mucha fuerza por la inestable situación de la empresa por aquel entonces. La situación era realmente mala, y es por esto que tuvieron que aceptar la inversión. Todo sea dicho, aunque he dejado bastante claro que el antagonismo entre ambas empresas es algo que la comunidad maximizó, no fueron los únicos responsables. La relación entre Steve Jobs, que en paz descanse, y Bill Gates tuvo muchos altibajos. Ambos entendían el mundo de la tecnología de manera muy diferente e, inclusive, llegaron a tener cruces de declaraciones bastante feos.
Jobs llegó a decir que Gates era alguien sin gusto que, inclusive, le había "robado descaradamente ideas a otras personas". Acusaciones muy graves que encontraron más de una respuesta. Sin embargo, no era constante. Gates y Jobs vivieron disputas muy importantes, y se enfrentaron de manera bastante directa en no pocas ocasiones, pero también vivieron buenas épocas. Fue una relación extraña que, en cierto modo, hasta se podría explicar por el enfoque de sus marcas. Apple le daba mucha importancia a la estética, mientras que en Microsoft ponían la funcionalidad por encima de cualquier otra cosa.
Sea como fuere, al final la inversión no solo se llevó a cabo, sino que fue indispensable para el desarrollo y supervivencia de Apple. Lo curioso es que, durante esa conferencia, Jobs intentó apagar el fuego de una guerra entre empresas que parecía que él mismo había iniciado. Cuestiones empresariales, dicen algunos. El caso es que la enemistad acabó con una inversión millonaria que acercó las posturas de dos empresas hasta entonces antagónicas, pero que —en realidad— habían colaborado con anterioridad.
Con el paso del tiempo, Microsoft acabó vendiendo las acciones que había adquirido con su inversión, pero no les salió del todo bien la jugada. No solo las vendieron por menos de lo que habían invertido, sino que con el tiempo se revalorizaron. Y mucho. En cualquier caso, la que de verdad me importa de esta historia se resume de manera muy sencilla: estemos en la situación en la que estemos, haya las rivalidades que haya, la realidad nos dice que Microsoft invirtió 150 millones de dólares en Apple y que, sin estos, es muy probable que la segunda no fuese lo que hoy día conocemos. Inclusive, es posible que Apple hubiese acabado desapareciendo... para siempre.
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