Una de las grandes virtudes de Baldur's Gate 3, sin duda alguna, es la ingente cantidad de posibilidades que nos ofrece casi desde el primer momento. Ahora bien, hay una que, personalmente, a mí me encanta. Ya en el acceso anticipado se convirtió en uno de mis elementos preferidos y, desde el lanzamiento, ha logrado cautivar a miles de jugadores. Muchos de ellos, tanto por su pasado en el early access o su experiencia en Dungeons and Dragons, ya lo sabían. Otros tantos no. Hablo, por supuesto, de la posibilidad de hablar con los animales.
En efecto, en Baldur's Gate 3 podemos hablar con los animales y, aunque de buenas a primeras pueda parecer una tontería, nos puede revelar un montón de secretos. De buenas a primeras, esta capacidad nos otorga muchísima información en determinados contextos. Y si bien es cierto que en muchos casos nos ofrece poco más que divertidos momentos, en otros muchos puede salvar vidas, asegurarnos el éxito y/o dejarnos con algunas escenas realmente tiernas.
Hay muchas formas de hablar con los animales en Baldur’s Gate 3
Por suerte, podemos hacerlo casi desde el principio, aunque esto depende de la clase. Por ejemplo, el brujo puede adquirir una habilidad especial que le permite realizar un ritual para hablar con los animales desde el nivel 1. No es el único. Druidas, bardos y exploradores también pueden hacerlo. Aparte, hay pergaminos y pociones que nos permiten desbloquear esta capacidad, aunque estos suelen aparecer más tarde. Por su parte, los gnomos de los bosques pueden hablar (pasiva racial) con bestias pequeñas por su propia naturaleza.
¿Y por qué esto es útil o importante? Pues porque desbloquea opciones de diálogo que de otra manera estarían bloqueadas. Cuidado, por aquí puede caer algún que otro spoiler. Dicho esto, si disponemos de hablar con los animales, en la Arboleda del Bosque podremos hablar con la serpiente de Kagha y evitar que muerda a la niña Tiefling que robó el ídolo de los druidas.
Aparte de esto, podremos conseguir que un perrete muy simpático se una a nuestro campamento y nos acompañe durante nuestros viajes si acertamos con las opciones de diálogo. Sucederá lo mismo con una cría de oso búho, bajo ciertas circunstancias. Y hay más. Determinados animales nos pueden decir donde se esconde cierto tesoro (una rana me entregó una bolsa con enseres como agradecimiento, pro ejemplo), caminos secretos, información sobre los enemigos de ciertas mazmorras… Los animales saben mucho más de lo que parece.
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