Me he pasado Resident Evil 4 Remake. Sí, puede sonar a algo sin valor, pero tenía muchas ganas de esta reimaginación del clásico moderno de 2005. Si bien aquella obra de Capcom no me marcó tanto como a otros compañeros del medio, sí que la recuerdo por crear un cisma entre los nipones y su comunidad, pero sobre todo por lo "pesada" que era Ashley Graham. Eso, amigos míos, ha cambiado en su remake. Ya no es como la recuerdas.
Si echamos la vista atrás, al ecuador de la primera década del milenio, la implementación de un personaje jugable junto a uno controlado por la IA, pero no nuestro enemigo, fue un hueso duro de roer. Aún recuerdo cómo Irrational Games quiso marcar un antes y un después con Elizabeth, coprotagonista de BioShock Infinite, y hacer una "primera" IA acompañante que de verdad hiciese algo; aunque compitiese con las bases de Ellie de The Last of Us.
Hay algo que diferenciaba aquellos 2 personajes femeninos: mientras Ellie era invisible para los enemigos y nos ayudaba de vez en cuando, Elizabeth ofrecía munición y apoyo gracias a sus poderes. Ashley no era dura ni tenía habilidades especiales, era simplemente la quintaesencia de la damisela en apuros. No obstante, la veinteañera no da guerren este remake, pero sí que incordia menos.
Ashley no ayuda en combate, no puede. Su condición física no cuaja en un enfrentamiento, y, lógicamente, hablamos de una joven asustada por una situación que se escapa a su entendimiento. Aun así, acompañar a su homónima en 2023 es más divertido. En las más de 10 horas que me ha durado el juego, Ashley no ha supuesto un estorbo, tampoco un saco que cargar de "acá para allá" esquivando enemigos, así como un constante e incesante "grito con piernas". Es una compañera más que eficaz.
El personaje sabe posicionarse mejor en los escenarios, incluso aquellos más cerrados, y siempre tendrá focalizado a Leon en las distancias cortas; a efectos prácticos, sigue siendo la damisela en apuros de siempre. Todo son ventajas, ¿no? Pues Capcom nos da más, y sustituye la orden de parar por una que nos dará algo de espacio.
Si bien he echado de menos hacer que la pequeña Ashley se quede quieta en una zona mientras liquido enemigos, rápidamente entiendes que no casa con el nuevo enfoque de Capcom para este remake. Se sentiría "viejuno". Hacer que Ashley se quede estoica en un lugar no ayudaría al jugador. Supondría otro escollo a superar y aquí hemos venido a divertirnos. Ante esto, los nipones sustituyen esa comanda por otra que implica que la coprotagonista se alejará unos metros. Sigue detrás nuestra, sin parar, pero esquivará así los ataques de zona y aquellos momentos más caóticos de la aventura.
Eso sí, no es oro todo lo que reluce. La hija del Presidente sigue siendo "cargante", pero porque está en la naturaleza del personaje serlo. Narrativamente necesita serlo para dirigir la trama, y el equipo de desarrollo aprovecha el hardware para hacerla entretenida de cuidar. Aunque hay momentos para disfrutar de ella en solitario, y que suponen un acercamiento más "survival horror clásico" de lo que el juego es, nuestro objetivo es defenderla. No obstante, todo es más divertido. Todo es mejor. Capcom sin duda, te lo has currado una vez más.
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