Westwood Studios fue, sin duda alguna, uno de los estudios más prominentes de su tiempo. Considerados como uno de los padres de los RTS, dio vida a algunos de los títulos más importantes de los años 80 y los 90. Tanto es así que en su currículum podemos encontrar lanzamientos tan potentes como muy diversos Command and Conquer o Dune 2000, por ejemplo.
Lo que muchos no saben es que, cuando EA adquirió Westwood Studios y este se acabó desmontando, muchos de sus antiguos integrantes acabaron fundando Petroglyph. Y vaya que si eran buenos y tenían ganas de resarcirse, puesto que su primer lanzamiento fue uno del los mejores RTS de todos los tiempos: Star Wars: Empire at War.
Star Wars: Empire at War es uno de los mejores juegos de estrategia en tiempo real de todos los tiempos
Algo lógico si tenemos en cuenta que, cuando el estudio comenzó a trabajar en él, se juntaron el hambre con las ganas de comer. O lo que es lo mismo, uno de los mejores estudios de estrategia en tiempo real de la industria con una de las franquicias más potentes del mundo. ¿Qué podía salir mal? Nada. Por suerte, nada, porque Empire at War se sigue definiendo hoy día como un auténtico juegazo.
Tan bueno era que, inclusive, de forma muy reciente, "tuvieron" que actualizarlo a 64 bits para resolver algunos de sus principales contratiempos en plena década, puesto que todavía hay gente que lo juega. Ahora bien, ¿qué es Empire at War? Tal y como ya he comentado con anterioridad, es un juego de estrategia en tiempo real basado en Star Wars. Sin embargo, con esta definición solo estamos arañando la superficie.
A fin de cuentas, hablamos de un RTS realmente inteligente con tres modos de juego diferentes. Teníamos un modo campaña simplemente genial, un modo para intentar conquistar la galaxia por completo y otro para ejecutar escaramuzas. Lo mejor de todo es que no solo había duelos terrestres, sino que, además, podíamos luchar en espacio. Toda una locura por aquellos tiempos.
El modo sandbox es algo de lo que muchos tendrían que aprender
Dicho esto, recuerdo con especial cariño el modo conquista, puesto que era algo así como un modo sandbox en el que podíamos jugar como miembros del ejército rebelde o interpretar el papel del imperio, además de una tercera compuesta por piratas. Lo interesante es que cada facción tenía diversos objetivos, por lo que ninguna de las tres variantes era igual. Eso era un puntazo.
La campaña, por su parte, era lineal, pero dejaba líneas de juego abiertas para completar distintas misiones de diferentes modos. Por su parte, las escaramuzas eran la vertiente más clásica y familiar de los RTS clásico, siendo uno de los medios más sencillos para iniciarse en el juego. Pero… ¿Y qué es lo que nos ofrecía? A grandes rasgos, Star Wars: Empire at War era un RTS con motor propio (Alamo, desarrollado por la propia Petroglyph) en el que debíamos controlar a nuestro propio ejército en tiempo real, válgase la redundancia.
Lo interesante era que podíamos gestionar muchas unidades de manera simultánea y ejecutar estrategias muy diversas al tiempo en que reforzábamos nuestras fuerzas con algunos de los personajes más icónicos de la saga. Aparte, la CPU no era tonta, y era capaz de hasta pinzar a nuestras tropas si no teníamos cuidado. Por lo tanto, no solo era bueno por la IP, sino porque, además, tuvo mucho cuidado en que las batallas se sintiesen reales y desafiantes con suficientes opciones como para sentir que de verdad teníamos que pensar. Además, poseía un diseño de unidades muy, muy inteligente.
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