Recientemente, os conté que había surgido un informe que hablaba de un teórico Total War: Star Wars, lo que me hizo soñar con el que podría ser uno de los mejores juegos de estrategia de ambas franquicias y, especialmente, de la segunda. Por su culpa, me puse un poco nostálgico, y empecé a pensar en aquellos títulos que me hicieron soñar cuando era un crío. Fue ahí cuando apareció STAR WARS Galactic Battlegrounds.
Lanzado originalmente en 2001, hoy día podemos encontrarlo en Steam, por lo que es hasta relativamente fácil regresar a él para disfrutar del que —allá en su momento— fue uno de los RTS más llamativos de su tiempo... gracias a la franquicia que le daba nombre. Actualmente, no podemos decir que haya envejecido especialmente bien, puesto que la industria ha evolucionado muchísimo, mas fue capaz de darnos muchísimas alegrías a los que (durante años) le dedicamos una buena parte de nuestro tiempo.
De AoE a Star Wars
Quienes lo conocieron, seguramente sean perfectamente conscientes de lo que significó. Para los que no, pensarán que es excesivamente parecido a los primeros Age of Empires. No os equivocáis, puesto que la historia nos dice que todos ellos fueron responsables del mismo equipo creativo: Ensemble Studios. En efecto, esta desarrolladora no solo se ocupó del lanzamiento de STAR WARS Galactic Battlegrounds Saga, sino que también fue la principal responsable de Age of Empires, Age of Empires II y Age of Mythology, por ejemplo.
Así pues, es lógico que compartiesen muchas similitudes, pues la esencia era la misma. Lo único que cambiaba el escenario. Mientras que en AoE era un ambiente de tipo medieval y en AoM nos adentrábamos en toda clase de mitologías, en STAR WARS Galactic Battlegrounds Saga (así es como aparece ahora en Steam) cruzamos la galaxia para recorrer algunos de los paisajes más emblemáticos de la saga de George Lucas. De hecho, el juego se produjo en colaboración con el otrora extinto LucasArts.
Recordemos, pues, que cerró sus puertas en 2013, pero reabrió en 2017. El caso es que, tras su lanzamiento, fuimos muchos los que nos convertimos en un general más y nos dejamos seducir por el conflicto en una trama ambientada en Star Wars II: el ataque de los clones. Lo interesante es que podíamos controlar a muy diversas facciones, desde el propio Imperio, hasta los Rebeldes, pasando por la Federación de Comercio, los Gungans, los habitantes de Naboo e, inclusive, los Wookies.
Aunque por aquel entonces parecía imposible, este RTS desarrolló al completo los ejércitos de todas estas facciones, otorgándoles mucho más lore del que habíamos soñado hasta ese entonces. Y es que parecía que los Wookies, por ejemplo, se limitaban a lanzar hondas y usar las armas de fuego que tomaban de sus enemigos caídos, pero no. Según Essemble Studios tenían su propia tecnología, solo que en la película no lo vimos.
Lo malo que tenía el juego es que, en realidad, era una modificación del propio Age of Empires 2, por lo que estaba muy limitada en algunos aspectos. En lugar de hacer el juego desde cero, tomaron la base de AoE y le dieron una capa de pintura, lo que provocaba que las unidades aéreas (por ejemplo) no funcionasen del todo bien. Se lanzó pensando en buscar un rendimiento económico rápido, por lo que en realidad no tenía grandes pretensiones. Pese a ello, era divertido, y con eso es con lo que me quedo al final.
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