Un mes condenado a jugar con ratón y teclado de oficina: los periféricos PC Gaming son más que un mito

Un mes condenado a jugar con ratón y teclado de oficina: los periféricos PC Gaming son más que un mito

8 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Un mes condenado a jugar con ratón y teclado de oficina: los periféricos PC Gaming son más que un mito

Se dice siempre aquello de "No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde", uno de los tantos refranes del rico castellano que todos compartimos, pero también unas palabras que he encontrado especialmente ciertas en las últimas semanas, en las que me he visto envuelto en un pequeño periplo que comenzó con un accidente inocente.

Y es que hará cosa de un mes que me encontraba enfrascado en la limpieza general anual de mi espacio de trabajo, una costumbre pulcra en la que soy mucho más incisivo que en mantenimientos habituales, y en la que no sólo limpio el propio espacio a fondo, sino que también pasan por un buen baño mi equipo, mis periféricos y diversas piezas.

Con todo prácticamente acabado, y el día prácticamente por terminar, decidí hacer algo que nunca debes hacer cuando estás de limpieza: tomarte un descanso antes de terminar de recoger todos los utensilios que has utilizado. No quiero entrar en más detalles de mi trepidantemente aburrida vida diaria, pero sí que diré que esa mala decisión y un torpe traspiés acabó con mi teclado, un Razer Huntsman Mini que había modificado ligeramente, y al que le tenía bastante cariño, completamente sumergido en el cubo de la fregona. Una inmersión fatal.

Oficina00 Hay que tomarse las cosas con humor.

La situación tras el drama doméstico era la siguiente: tenemos un teclado sin garantía completamente muerto, un redactor con dos textos aún pendientes de terminar para esa semana y la imposibilidad de adquirir un sustituto a tiempo para esas entregas. Dada la situación, podría haber echado mano de mi portátil, pero no quería rechazar la comodidad de mi sobremesa, así que la solución era clara: tenía que hacerme con un teclado nuevo ipso facto.

Razer Huntsman Mini Red Switch Teclado compacto para juegos compacto al 60% con interruptores opto-mecánicos lineales, teclas PBT, cable USB-C desmontable, US Layout, Negro

El elegido no fue otro que el único teclado que tenía rondando por casa, un Logitech K120 de oficina con más de 15 años a sus espaldas, un teclado que he usado hasta la saciedad, pero que hacía casi seis años que no tocaba. Tras finalizar el trabajo usándolo, quise hacerme las siguientes preguntas: ¿Y si mi próximo teclado es uno de oficina? ¿Y si prescindo totalmente de los periféricos para jugar?

Antes de nada: qué he estado usando

Tomada la decisión de embarcarme en este experimento conmigo mismo, me tocó optar por un combo de periféricos para oficina, pues mi Logitech K120 sufre de su longevidad, se le atascan teclas con facilidad y muchas veces no registra los tecleos; además, no tengo un ratón de oficina disponible, así que me tocó pasar por caja para cumplir mi objetivo.

Oficina02 El aspecto de mi viejo K120 es todo un poema. Disculpad la vieja alfombrilla, estuvo ahí durante el desastre como contramedida.

Como con los periféricos para jugar, los destinados a nuestra oficina también cuentan con diferentes tramos de precio y prestaciones, normalmente separadas en gamas; no quería optar por un teclado de altas prestaciones que hiciera de esta transición algo poco significativo, y usar mi viejo K120 había despertado cierta nostalgia en mí, así que acabé optando por un combo de Logitech K295, aunque terminaría por emparejarlo con un viejo MX Anywhere 2S que rondaba mi hogar en vez del ratón incluído.

Logitech MK295 Combo de Ratón y Teclado Inalámbricos: Tecnología SilentTouch, Teclado Numérico Completo, Botones de Atajos, Receptor Nano USB, 90 % Menos de Ruido, Disposición QWERTY Español - Negro

El teclado en cuestión tiene un factor de forma completo, con teclas de membrana de corto recorrido y con casi ausencia total de feedback tras la resistencia inicial a la pulsación; el ratón, por otro lado, es un conocido modelo inalámbrico con sensor óptico y aceleración prefijada, que ya me había servido hace un tiempo en mis días de oficina, y que conseguí a buen precio hace unos años.

Un día después de la compra y con mi nuevo escritorio ya dispuesto para su uso, tocaba ponerse manos a la obra, comenzando por el trabajo que tengo que afrontar día a día como todo hijo de vecino.

De la oficina a la mesa

Como cabría esperar, el desempeño de unos periféricos pensados para su uso en oficina para un trabajo eminentemente de oficina es algo trivial. El bajo recorrido de las teclas del K295 hacen de él un teclado cómodo en el que escribir durante varias horas, y la ausencia de feedback táctil no es un gran problema debido a la resistencia inicial de la membrana. Además de eso, esta membrana hace que el teclado sea muy silencioso, por lo que puedo usarlo de forma cómoda a horas más intempestivas.

Sí que he tenido que volverme a acostumbrar a las peculiaridades e inconsistencias de la membrana, especialmente habituales en los teclados baratos de esta familia. Los teclados de membrana funcionan cerrando un contacto ubicado en pequeñas protuberancias de una superficie blanda, de ahí su habitual denominación.

Oficina01 Imagen original de Daniel Breadsmore. Readaptada para el texto.

Como el modo en el que se aplasta esta protuberancia es difícil de controlar sin un rail o mecanismo, cada cierre es distinto en función de la velocidad o la posición en la que pulsemos la tecla. Por eso se suele hablar de inconsistencia o mal feedback con los teclados de membrana; pero también por esa razón los teclados con interruptores electro capactativos, o los teclados "híbridos" se sienten mucho mejor que sus hermanos más baratos, aún a pesar de funcionar de forma esencialmente igual.

Por suerte para todos, escribir suele ser una labor relativamente regular, salvo algún tecleo furioso ocasional, es poco habitual escribir con un ritmo irregular en un teclado. Por esa razón no he encontrado mayores problemas con el K295 para trabajar.

Logitech MX Anywhere 3 Compact Performance ratón: Inalámbrico, Scroll Magnético, Ergonómico, Sensor 4000 DPI, Botones Personalizables, USB-C, Bluetooth, Mac, PC, iPad, Portátil, Windows, Linux

En cuando al Logitech MX 2S que he estado usando, no puedo tener grandes quejas de él en uso de oficina, aunque sí que diré que su tamaño reducido es algo incómodo para mis manos y mi agarre, algo que me ha hecho usarlo menos de lo que inicialmente esperaba desde que lo tengo, pero que no me ha hecho deshacerme de él.

La intensidad del juego

La dulce anécdota del trabajo no se ha repetido durante mi otra gran actividad frente a mi PC: los videojuegos. Tanto como documentación para el trabajo, como por simple ocio, son muchas las horas que paso frente a la pantalla a lo largo de la semana, así como muchas son también las horas con las manos sobre los periféricos.

Oficina03 Crusader Kings 3.

Normalmente voy rotando entre varios dispositivos para jugar, en función del género y de a lo que esté acostumbrado en un título en cuestión, pero por dar un mayor peso a mi experiencia durante este mes, me he forzado a jugar en mi escritorio provisional a todo; algo que, echando la vista atrás, considero un error que he tenido durante el transcurso del tiempo que he usado estos periféricos.

Los periféricos para jugar buscan, o bien mejorar la experiencia de juego durante el uso, o bien eliminar barreras físicas para ensalzar la habilidad.

Huelga decir que mi experiencia general jugando ha sido relativamente placentera, especialmente en los títulos singleplayer a los que más he dedicado mi tiempo durante el mes. En títulos como Crusader Kings III o Creatures in the Well no he acusado ningún tipo de problema, como cabría esperar, más allá de una ligera falta de costumbre.

Tampoco he tenido problemas en títulos en los que el ratón es el encargado de la mayoría del movimiento mientras jugamos; el MX 2S no cuenta con las comodidades de un ratón de juego, pero su tracking es bueno y en situaciones con movimientos relajados su funcionamiento es notable. Las verdaderas limitaciones de estos periféricos llegaron con los juegos de corte competitivo.

Uno de los elementos definitorios de los juegos competitivos es el uso de la habilidad como medida para "superar" a tus contrincantes; puede que un título a nivel de gameplay contemple mecánicas que no casen con este principio, pero, en esencia, todo título competitivo acabará por demandarnos cierto nivel de habilidad. La mejora constante en este aspecto es un factor clave para todo jugador competitivo, como también lo es la búsqueda de la eliminación de barreras físicas entre la habilidad del jugador y el propio juego.

Esta barrera es fehaciente con el K295, así como con muchos teclados de oficina. La inconsistencia de la membrana aumenta con la fricción de los tecleos constantes y rápidos, a su vez, esta velocidad no se ve reflejada, de forma física, en el uso del teclado, mientras que la ausencia de feedback hace que sea difícil saber qué has pulsado y cuánto tiempo.

Todo ello hace de la experiencia de uso en títulos como Apex Legends o Spellbreak algo verdaderamente incómodo, especialmente en los llamados "momentos cluch" en los que la habilidad individual juega un factor determinante. En mi caso, esta habilidad no es un elemento especialmente abundante, por lo que los mayores inconvenientes no los he tenido con el ratón, sino con el teclado. Siempre bromeo con la idea de que, si fuera verdaderamente hábil, me dedicaría a jugar a videojuegos y no a escribir sobre ellos, pero sí que he podido notar cómo jugaba peor en momentos clave.

Oficina04 Apex Legends.

Mis conclusiones de este mes, especialmente de las dos semanas finales del mismo, en las que me he esforzado en usar esos periféricos, es una muy esperable: puede que haya mucho mito con los periféricos para jugar, pero, en el fondo, cumplen con el cometido para el que fueron diseñados de forma eficiente, del mismo modo que los periféricos para productividad funcionan de forma excelsa en este cometido.

No necesitamos un teclado mecánico para jugar, o un gran ratón para ser mejores jugadores, pero sí que sería injusto negar que son la herramienta perfecta para dicho cometido. Del mismo modo, no hay ningún problema en jugar con periféricos de oficina, de hecho, es algo realmente viable, pero es importante añadir que, con la inclusión de algún periférico especializado, es más que probable que nuestra experiencia de juego mejore enormemente.

Comentarios cerrados
Inicio