Esta semana, Valve ha anunciado y lanzado en formato beta el rediseño del sistema de préstamo familiar. Por si no lo conocías, durante años la plataforma ha permitido a sus usuarios admitir hasta cinco "parientes cercanos" en una lista blanca para que estos ganen acceso limitado a la biblioteca de la cuenta de origen. La nueva versión es bastante más flexible en este sentido, simplificando todo el proceso y obviando pasos peligrosos como el de compartir contraseña; a la vez que dan más control a los adultos sobre el contenido que consumen (y compran) los menores.
El cambio más grande, eso sí, tiene que ver con la simultaneidad de los permisos: en el pasado, si uno de tus "familiares" autorizados estaba jugando a una de tus licencias, tenías que patearle de la partida para entrar a cualquier otro juego de tu biblioteca. Ahora que el préstamo familiar de Steam te permite compartir a la vez que juegas a otra cosa —e incluso al mismo juego, si existen suficientes copias entre todas las cuentas asociadas— el interés se ha disparado en redes y aún más amigos que antes están negociando sus lazos de sangre, como es normal. Pero no todo es igual de bonito.
Tengo 1288 juegos registrados en mi cuenta de Steam. No es una cifra impresionante, pero sí lo suficientemente atractiva como para que algunos amigos y conocidos empiecen a verme como una piñata andante. Cero dilemas con eso: yo también lo haría y de hecho, es en realidad una simbiosis porque como parte del préstamo familiar también saco partido a sus licencias. La parte negativa de esto es que ahora tengo que mucho más selectivo que antes con quién comparto juegos, por dos motivos preocupantes.
Problemas con el préstamo familiar de Steam
El primero de ellos es que ya no puedo separar a quién comparto de quién me comparte a mí: los préstamos ocurren dentro de un grupo familiar cerrado con poco margen de maniobrabilidad. Puedes hacer cambios solo una vez al año, y las personas que se benefician de tus juegos son las mismas de quienes te beneficias tú. Toca ser algo más cauteloso a la hora de elegir hermanos y primos por ese motivo, y también porque esos parientes tienen que portarse bien para no terminar pagando el pato: si banean a alguien de tu familia digital de un juego, la expulsión te la llevarás igualmente.
Es fácil entender por qué pasa eso: quieren evitar que alguien use cuentas desechables haciendo trampas para ponerle las cosas fáciles a otro que presta sus licencias. Pero pagar justos por pecadores tampoco es la solución. De manera ilustrativa, eso sí, la nueva función de préstamo familiar es una beta y permanecerá en investigación unas semanas antes de que se despliegue en el cliente estándar. Puedes enviar tus opiniones al respecto en los foros de la plataforma.
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