Aunque lleva unos cuatro años —aproximadamente— en acceso anticipado, Satisfactory es uno de los juegos de construcción de bases más interesantes que nos ha dado la industria en mucho tiempo. Especialmente cuando tenemos en cuenta lo bien diseñado que está. Construido para mostrarnos lo que es la verdadera eficiencia, la creación de Coffee Stain Studios se guía por una simple premisa: que trabajen los demás. En efecto, aquí la idea es pegarte un palizón tremendo a currar para poder construir tu propia piscina de monedas de oro.
Bromas aparte, Satisfactory es uno de esos juegos que pertenecen al siempre particular género de la automatización. O lo que es lo mismo, la idea es diseñar una fábrica gigantesca lo suficientemente bien diseñada como para que funcione por sí misma sin que tengamos que intervenir de ningún modo. Por supuesto, alcanzar este nivel no es nada fácil, y para conseguir algo así será necesario dedicarle muchas horas. Lo bueno es que sus creadores han sabido darle mucha personalidad a este proceso, agregando elementos tales como exploración, combate... y un modo multijugador.
Así es Satisfactory, el juego de automatización más "satisfactorio"
Si dejamos a un lado los chistes malos, lo cierto es que Satisfactory sí que es un juego bastante satisfactorio, así que sus creadores no se han venido arriba con el nombre ni nos han vendido la moto. Y es que otra no, pero ver cómo tu fábrica empieza a funcionar por sí sola sin que tengas que hacer nada es algo realmente maravilloso. Porque, en efecto, el juego gira en torno a construir desde cero tu propia industria... aunque para ello tengas que destrozar el paisaje.
Y es que, a diferencia de otros muchos juegos que tienen esto en cuenta, en Satisfactory debemos aprovechar los valiosos recursos del planeta en el que nos encontremos para ir creciendo poco a poco hasta diseñar un conglomerado capaz de funcionar por su propio pie. Lo mejor de todo es que el juego no se corta ni lo más mínimo y nos presenta un mundo abierto de más de 30 kilómetros cuadrados de extensión. Todo ello en un paisaje alienígena y un entorno de ciencia ficción simplemente genial.
Asimismo, si nos sentimos abrumados, siempre podemos tirar de un amigo para aumentar nuestra eficiencia, puesto que el estudio nos permite disfrutar de la experiencia en modo cooperativo. Claro está, aquí hay que tener las cosas muy claras, porque la toma de decisiones será un proceso muy importante. Es decir, que si sois incapaces de poneros de acuerdo... Será mejor que tengáis las ideas claras antes de lanzaros a su universo y que busquéis el mismo objetivo por el bien de la industrialización alienígena.
Es el doble de grande que Albacete... y 15 veces Mónaco
Con esto en mente, podemos quedarnos con la idea de que la enorme extensión de terreno que podemos terraformar en Satisfactory (comparado con Albacete, tiene el doble de km², según su superficie, tal y como indica el instituto geográfico nacional). Personalmente, pienso que este es el mayor aliciente que nos trae, pues resulta complicado —siquiera— edificarlo todo. Vaya, que no dejar ni un solo hueco vacío puede resultar en una tarea imposible que jamás completes.
Es un desafío de tamaño gigantesco y, aunque está claro que hay secciones en las que no se puede construir por la distribución del terreno o la presencia de determinados obstáculos, sigue siendo algo muy llamativo. Es por esto mismo que considero que jugarlo con amigos puede ser mucho más divertido. Por ejemplo, podéis uniros todos en un mismo emplazamiento y diseñar una fábrica simplemente inmensa o iros cada uno a un punto diferente para quien construye el mejor diseño en menos tiempo.
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