Godfall, el desastroso lanzamiento de 2020, está irreconocible tras su última actualización: ahora sí que me está convenciendo

Llevo unos días jugando a Godfall: Ultimate Edition, que es un relanzamiento del, er, "looter slasher" de Counterplay Games —básicamente, un RPG de acción que tal vez recuerdes como una auténtica piñata. Tanto la prensa como los aficionados se cebaron (nos cebamos) con él por cuestiones como su pésimo sentido de la narrativa o el diseño de los mapas. Incluso noticias del calibre de su llegada a los juegos gratuitos de Epic Games Store alimentaron la sensación de que estábamos ante un tiro errado llamado a compartir mesa con Anthem. A título personal, creo que es una lástima que los juegos basados en la progresión a través del botín se lleven tortas así, pero es que tampoco se puede sacar oro de donde no lo hay.

Dicho esto, en su día encontré varias cosas buenas que desafortunadamente, se hundieron entre las malas. Me gustó su acción ininterrumpida y el ritmo con el que los desarrolladores implementaban lo bueno™: al contrario que ocurre con otros RPG, en Godfall todas las armaduras lucen vistosas desde el primer minuto; no te hace esperar hasta el final de la campaña para empezar a construir tu personaje y es 100% consciente de cómo tiene que diseñar sus mecánicas para que cualquier forma de jugar sea divertida. A medida que iban llegando los parches y DLC, sus responsables han pulido el título con funcionalidades y contenidos encaminados en esa línea.

Y esta versión es su examen de recuperación.

¿Ha aprobado? Pues oye, sí. Y que no se me malinterprete, ojo; esto no es un análisis, ni tampoco una recomendación como tal—no te diré "hazte un favor, juega a esto" como sí te diría de jugar a Synthetik. Más bien, la idea que deseo transmitirte es que si en su momento tuviste interés por Godfall y lo dejaste de lado porque tenías una percepción mediocre de él, tal vez te interese saber que ahora sí es más fácil animarte a darle un tiento. El editor del juego, Gearbox, tiene una lista descomunal de novedades para mostrarnos; desde cosas tan elementales como el emparejamiento en línea hasta otras más complejas o específicas como una versión más interesante del modo exploración tal y como lo conocemos en Diablo III u otros del estilo.

Algunos de estos cambios son realmente potentes, en realidad. Sin ir más lejos, la campaña se ha reestructurado casi al completo, de tal forma que ciertos NPC aparecen para acompañarte y luchar a tu lado (o sencillamente hablarte) durante las misiones; mientras que las cacerías ahora son opcionales y sirven para quitar penalizaciones a las batallas de jefe de mundo. También está la opción de saltar todo ese recorrido y saltar directamente al nivel 50 con el mismo número de puntos de habilidad, equipamiento listo, e incluso suficientes materiales como para desbloquear alguna que otra armadura valoriana adicional. El contenido endgame, vaya.

Personalmente agradezco eso bastante porque en su día pasé todo el contenido principal deseando echarle el guante a Hinterclaw, la armadura especializada en CHC/CHD y más molona del juego, solo para encontrarme sin ánimos de seguir llegado al punto en el que se podía desbloquear jugando Dreamstones. Uno podría argumentar que si obviar la campaña es un punto a favor, mal vamos; y estaría de acuerdo de no ser porque aquí en concreto, Counterplay Games ha sabido coser las cosas con bastante maestría. Lejos de ser el juego de "campaña sosa y modo horda genérico" que solía ser, Godfall ha aprendido a entretenernos de principio a fin.

Sin pretensiones y con algunas cosas muy mejorables aún —las skins no dejan de ser recolores con metas aspiracionales asociadas, por ejemplo— pero me queda claro que uno no necesita invertir chorrocientas horas de actividades cansinas para desbloquear cosas divertidas con las que jugar o empezar a pensar en los atributos. Las fuentes de botín son más generosas y fiables de nunca ahora que tenemos un sistema de contratos con recompensas elegibles o los nuevos Spirit Realms, que es ese "modo exploración 2.0" del que hablaba más arriba; donde invocar y derrotar jefes con dificultad personalizable durante horas. La guinda de la Exalted Update.

La sensación que me está dejando Godfall por el momento es que es un looter mucho más autoconsciente de lo que era en el 2020: lejos de conformarse con arreglar las cosas que estaban mal, tiene su propio sentido individual de la progresión y de la recompensa combinando una serie de objetivos fijos (como las armaduras exaltadas) con otros establecidos por el jugador (como aumentos de dobles atributos primarios o los drops primigenios) y mucho espacio para crear personajes como nos apetezca. Si tuviese algún tipo de influencia sobre Counterplay Games, creo que solo pediría de cara a una secuela un componente de locura que aún no existe.

Quiero decir, cuando pienso en las piezas excepcionales de Destiny 2, las armas legendarias con cenizas especiales de Elden Ring o los mods únicos de Remnant: From the Ashes, veo que todos hacen cosas 100% reconocibles y con efectos activos. Las categorías superiores de Godfall tienen pasivas poderosas o rolls de múltiples afijos, pero en ningún caso algo explosivo o especial que me haga decir "necesito eso en mi arsenal": basta con que el RNG me bendiga con algo mejor, sin más. Tal vez eso y unas misiones asociadas a armas específicas harían del mundo de Aperion algo más interesante aún de lo que es ahora mismo. Por último, como recordatorio, tienes Godfall en Steam y Epic Games Store desde ya mismo.

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