El 8 de mayo, se estrena la versión 1.0 de V Rising, terminando el periodo de acceso anticipado que llevó al survival vampírico de Stunlock Studios a ocupar cómodamente los primeros puestos en el podio de actividad de Steam en estas fechas allá por el 2022. Como es lógico, esto significa que el juego va a implementar una generosa cantidad de cambios y mejoras, que van desde nuevos jefes o "V-Bloods" (tendremos 57 en total) hasta una zona endgame debutante donde nos aguarda el mismísimo Drácula.
Lo normal en esta clase de lanzamientos, vaya. Y todo eso sobra para estar ilusionados con el futuro inmediato del juego: la acción está muy bien —si vienes de Battlerite, lo sabrás de sobra— el PvP es bastante adictivo, la temática está bien traída... e incluso aspectos que en su momento me echaban un poco para atrás, como la interfaz, han mejorado de manera considerable de cara a la versión final. Todo eso es fantástico. Pero a mí, lo que más me motiva, es montar castillos.
Que no te engañe la idea de ir de cacería por la noche, adentrarte en ciudades protegidas por la mismísima Iglesia o controlar un vampiro versado en las artes mágicas; la gracia de V Rising está en moldear un castillo bien lustroso diseñado a tu gusto desde los cimientos. ¿Por qué? Pues porque, de primeras, hablamos de una fortaleza vampírica. No sé tú, pero a mí me aburre mucho entrar a uno de esos infinitos juegos de supervivencia, fabricación y mundo abierto y verme encerrado en una choza común con muebles genéricos.
Las primeras horas de V Rising son un poco así, lo reconozco; y además es un tostón de proporciones mastodónticas porque hasta que tengas un techo, la luz del sol te pone en peligro y no tienes más remedio que trabajar alrededor de esa limitación durante el día. ¡Ah, pero cuando por fin arrancas! Eso termina convirtiéndose en una dinámica de progresión súper interesante, porque en lo visual es diferente y exótico; pero también porque buena parte de las cosas que haces en el juego se invierten ahí.
Por ejemplo, el oro no es un material particularmente frecuente en V Rising y lo normal es que solo necesites unos cuantos lingotes para desbloquear algunos elementos clave de equipamiento y útiles para el castillo; pero si el lado cosmético te hace clic (que es lo más normal) terminarás sudando la gota gorda para hacerte con ese preciado recurso en cantidades industriales.
Castillos (y más) en la 1.0 de V Rising
Tanto es así, que del volumen de horas que he dedicado al juego tal y como indica el título de la publicación, una parte descomunal de tiempo ha ido directamente al mantenimiento del castillo. Pero lo digo con orgullo, oye; porque me lo he pasado bien y creo que ha quedado guay. Dicho esto, ten en mente que si juegas en PvP existe una posibilidad genuina de que alguien venga con un gólem de guerra a derribar tu construcción y reclamar tus tesoros. O puedes hacer como un humilde servidor y unirte a un entorno cooperativo más pacífico.
La versión 1.0 de V Rising tiene previsto añadir nuevos elementos de decoración e interacciones, un reproductor de música y mejoras de interfaz entre otras cosas; pero si lo que te comento te llama en lo más mínimo, que no te duela pillarlo ya. Lo mejor que le ha pasado al juego durante el acceso anticipado es añadir castillos de varios pisos, algo que lleva entre nosotros desde el año pasado.
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