Riot Vanguard, qué bueno que viniste. Bueno, en realidad no, puesto que es lo peor que nos ha pasado como jugadores de League of Legends en mucho tiempo. Por suerte, he sabido sacarle el lado bueno, aunque no me lo esperaba. Siendo completamente sincero, su presencia no solo es molesta, sino que está cargada de polémica. Ha generado muchos comentarios realmente negativos y, aunque con el paso del tiempo se ha visto que algunos de sus mayores defectos no eran para tanto, sigue siendo un tema peliagudo.
Entonces, ¿cuál es el lado bueno? Pues que no me había dado cuenta de lo muy quemado que estaba (estábamos, puesto que esta conversación la he tenido con muchos amigos que también han desinstalado el juego) con el MOBA. Al menos a nivel de jugabilidad, puesto que lo cierto es que seguido disfrutando de él, aunque de otra manera. De una forma u otra, LoL siempre será uno de mis títulos preferidos. Hoy día, aunque lo he desinstalado, estoy disfrutando como un enano del MSI, por lo que no todo es negativo.
Riot Vanguard, LoL y el cambio de paradigma
Pese a ello, desinstalar League of Legends me ha dado algo que pensaba que ya no tenía: tiempo. Y es que, sin darme cuenta, era el juego al que recurría cuando creía que no tenía nada que hacer. Véase, por ejemplo, el típico día en el que sales de trabajar, hace mal tiempo y no sabes bien qué hacer. En esas situaciones, en lugar de revisar mis estanterías para buscar un buen libro o seguir esa manga al que tantas ganas le tenía, recurría a la respuesta fácil: "Voy a echarme un lolete y luego me pongo con otra cosa". En mi caso... Pues al final (casi) siempre le acaba dedicando más tiempo del que había calculado.
Cuando terminaba de echarme esa primera partida del día, ya tenía a un par de amigos preguntándome por Discord si iba a seguir jugando o no. Al final acababa cayendo en una espiral, aunque no puedo decir que fuera algo negativo. Lo cierto es que me divertía mucho en aquellos momentos. Tampoco es que estuviese todo el día jugando, pues el día da para lo que da y, cuando llegas a cierto punto de tu vida, te apetece y/o tienes que hacer más cosas. El caso es que al final siempre era mi plan A en muchos casos.
Ahora que ya no está en mi vida, me he visto en una situación diferente. Tanto es así que siento que buena parte de esas horas de juego que le dedicaba las sigo destinando al gaming, pero de distinta manera. O lo que es lo mismo, estoy completando y/o iniciando partidas en otros juegos que tenía muy olvidados y estaban cogiendo polvo en mi biblioteca de Steam desde hace mucho tiempo. Es un cambio lógico, sencillo y que, en realidad, no esconde un gran misterio. Es algo bastante natural y que muchos de vosotros habréis vivido, ya sea con League of Legends o con otros juegos.
A fin de cuentas, el MOBA de Riot, así como los MMO, los juegos de servicio, etc. suelen ser muy absorbentes. Te "quitan" el tiempo que podrías dedicarle a otras experiencias, siendo este el motivo por el cual (casi) puedo darle las gracias a Vanguard. Y aunque es cierto que muchas veces echo de menos ese ARAM con el que cerraba algunas jornadas para relajarme, no puedo evitar pensar que desinstalar League of Legends es la mejor decisión que he tomado en años. Esto no significa que sea mejor ni peor, puesto que es un tema netamente subjetivo.
Igual que a mí me ha venido bien y estoy disfrutando de otros videojuegos que (voluntariamente) había olvidado, habrá otros que por presupuesto, gustos, motivaciones, etc. no se sientan cómodos con cambios como este. Dedicarle todo tu tiempo a un único título no es nada malo. Es cuestión de perspectivas y momentos. En mi caso, Vanguard era la excusa que necesitaba para desinstalar League of Legends de manera definitiva. ¿Volveré algún día? Nunca digas nunca, pero no tiene pinta de que vaya a ser así.
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