En los años recientes, muchos usuarios de PC han descubierto las virtudes de los sistemas de refrigeracion líquida frente a los tradicionales ventiladores y disipadores de calor que eran la opción más lógica para mantener la CPU de nuestro equipo refrigerada y en condiciones de operar. De hecho, hoy en día, es raro no ver que entre las piezas que ha elegido un usario para montar su nuevo equipo haya incluido una unidad AIO (Todo en uno o ''All-in-One'') que refrigera su procesador mediante líquido enfriado por aire.
Sin embargo, la correcta instalación de este tipo de componente -aparte de ser más aparatosa que la de un ventilador o ventiladores en cajas de PC-, es importante por un detalle que muchos pueden olvidar fácilmente: la correcta posición de la bomba (esa pieza circular que se conecta al socket donde la CPU está instalada) respecto de las conexiones al radiador que tiene por objetivo enfriar el líquido. Si no se tiene en cuenta, podríamos tener que cambiar este dispositivo mucho más a menudo de lo que parece.
Así se debe instalar una unidad de refrigeración
Antes de explicaros por qué es importante posicionar la bomba de agua de manera que pueda asegurar un flujo de líquido sin problemas, vamos a repasar de manera simple cómo funciona uno de estos sistemas. Las unidades AIO usan una combinación de aire y líquido refrigerante para hacer que la CPU no se eleve a temperaturas muy altas.

En el interior de este ingenio hay un líquido compuesto mayormente por agua y glicol -un compuesto orgánico pensado para evitar el deterioro de los componentes internos de la bomba, los tubos y la placa radiadora. Lo que hace este líquido es moverse contínuamente mediante la acción de la bomba para absorber el calor que genera la CPU y lo ''desplazan'' a los radiadores que hay en la otra parte del dispositivo. Estos, enfrian el líquido y hacen que el calor que transportan se acumule en esa parte, cuyo excedente térmico es expulsado al exterior también por la acción de los ventiladores. Luego, el líquido vuelve a la bomba conectada a la CPU y se repite todo el proceso.
Los liquidos tienen una capacidad de acumular, retener, y transportar calor mucho mayor que los flujos de aire, de ahí que sus resultados a la hora de mantener un procesador en rangos de temperatura menores que la refrigeración por aire sean más eficientes. Ahora, ¿importa la posición de la bomba respecto de las conexiones al radiador? Sí, y mucho.

Tal y como muestra el creador de contenido en Youtube Jason Langiven (JayTwoCents) en varios de los vídeos que aloja en su canal, la posición de la bomba nunca debe estar por encima del punto más alto de la placa radiadora. ¿Por que? Por un fenómeno conocido como la permeación. Como cualquier líquido a altas temperaturas, el que hay en el interior de una unidad de refrigeración tiende a evaporarse; en este caso lo hace a un ritmo imperceptible, pero es inevitable que el elemento se transforme en aire por la acción del calor que transpora.
También está el hecho de que los conductos y circuitos internos de muchas unidades de refrigeración no ocupan la totalidad del espacio disponible; hay una pequeña cantidad de aire. Es en esta pequeña ''bolsa'' de aire en la que el líquido se va evaporando o se forman burbujas. Como ya sabéis, el aire tiene una densidad significativamente menor que el agua, y eso se traduce en que se acumula con mayor facilidad en puntos más altos -físicamente- que los líquidos.
Por eso, a la hora de montar un sistema de refrigeración líquida, lo último que queremos es que se acumule en la bomba. Si la posición de la bomba de agua está más arriba que el radiador, el aire se acumulará en ella, e impedirá el correcto flujo del líquido a través de ella; y al no tener capacidad de ventilar esa zona directamente, acumulará más calor que el que desplazará.

De ahí que muchas unidades de refrigeración se monten siempre con el radiador en la parte superior de la caja. También es posible montarlos en un lateral, pero fijáos que la bomba siempre está -o debería estar- por debajo del punto más alto. De esta forma, el aire que crece a medida que se evapora el líquido se queda en ese punto del ingenio y puede ''escabullirse'' del circuito siendo absorbido por los materiales que están pensados para filtrar el calor.
Cómo saber si una AIO está acumulando demasiado aire
Pero como hemos dicho, es imposible evitar la acumulación del aire debido a la permeación. Incluso con un montaje óptimo, eventualmente el líquido irá perdiendo volumen debido a la evaporación, y también puede filtrarse por los tubos de conexión además de por las zonas del radiador. Llegará un punto en el que incluso la bomba acumulará algo de este aire evaporado. Lo sabréis por el ruido que hace, como de ''chapoteo'' o burbujas pero muy flojo.
Aparte que notaréis -si usáis un programa de monitorización de rendimiento- que la CPU ya no se refrigera tanto como al principio. No pasa nada, es normal e indica que toca substituir la unidad. Pero si montáis una AIO de manera incorrecta, este proceso se acelerará por la acumulación de aire en una zona en la que no puede ser expulsado y acortará la vida del componente varios años. En condiciones normales, una AIO debería poder funcionar entre 5 y 8 años antes de requerir que la substituyamos. Con una instalación incorrecta, ese tiempo se reducirá hasta la mitad o incluso menos. Así que ojo con cómo la ensambláis.
Imagen de portada: Andrey Matveev (via Unslpash)
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