¿Merece la pena jugar con un monitor 4K en PC? Los números son tentadores, pero hay detalles que deberías tener en cuenta

En el mundo del gaming tenemos un problema con la tecnología. Buscando siempre empujar números más altos, parece que nunca estamos contentos con lo que tenemos. Yo lo entiendo, me gusta tener un ordenador cada vez más potente, unos periféricos mejores y unos videojuegos sorprendentes, pero también creo en la mesura. En el ámbito de los monitores, mucho se habla últimamente del 4K y —como primo lejano— del 8K. Pero, ¿de verdad merecen la pena estas resoluciones? ¿Qué alternativas hay? Aquí va mi humilde opinión.

¿Merece la pena un monitor 4K para jugar en PC?

Las ventajas de jugar a resolución 4K son muy obvias: una calidad de imagen mejor, o lo que es lo mismo, mejores gráficos. Sobre el papel, está claro que el cuádruple de resolución que 1080p tiene que ser mejor, y sí, eso es una realidad. Cualitativamente, 4K es mejor que 1080p, pero eso no significa que tenga que ser nuestro objetivo inamovible.

Está claro que jugar a resoluciones mayores tiene un precio, uno que además es tanto literal como figurado. Si has estado mirando un nuevo monitor para tu PC, habrás visto que, evidentemente, hay que pagar más por los de altas prestaciones, y una de estas es la resolución, pero esta carga también recae sobre tu equipo. De nada sirve jugar a 4K si tu ordenador no puede con ello. Hasta ahí, es obvio: bolsillo y prestaciones tienen que estar a la altura, pero hay otro elemento a considerar.

Pese a que sirvan casi para lo mismo, una monitor no es una tele. Mientras que en el espacio de los televisores buscamos siempre pantallas más grandes, en nuestros escritorios hay que llenarlos con mesura. A la hora de ajustar una resolución de 3840x2160 a una pantalla, las pulgadas también importan, y es que son las encargadas de repartir todos esos píxeles. Cuanto más grande sea esta, más importante es tener resoluciones altas, y aquí es donde los monitores 4K no me convencen.

Si tuviese que describir mi setup gamer, diría que es “normal”. Un escritorio funcional, un teclado mecánico custom, un ratón Steelseries y un monitor de 27 pulgadas 1440p. Para la gran mayoría, de los jugadores, el tamaño estándar de monitor varía entre 24 y 32 pulgadas, y con estas dimensiones, la cuestión de la resolución es muy importante. En tamaños tan “reducidos” las diferencias entre resoluciones son cada vez menos notables, y aún menos en movimiento. Hay quien diría que para 32 pulgadas el 4K empieza a tener sentido, y es posible, pero con las prestaciones necesarias para poder mover los juegos a un rendimiento decente, yo creo que merece la pena ahorrar en píxeles y aprovechar los FPS extra.

Si estás pensando en coger un monitor nuevo en estos tamaños, tengo una sugerencia para ti, la que creo que es mejor en general: 1440p con tasa de refresco alta. El paso de 60Hz a 120, 165 o incluso 240 Hz es algo de lo que sé que nunca voy a poder retornar. La fluidez extra de un monitor con tasa de refresco alta puede cambiar tu experiencia de juego mucho más que poder ver imágenes estáticas algo más nítidas, y puede que hasta te salga más barato.

En conclusión, personalmente creo que el 4K en PC no solo no es necesario —a no ser que tengas un monitor inusualmente grande—, sino que puede hacer que malgastes el potencial del ordenador que tanto te ha costado montar. Si estás pensando en aumentar de resolución, te recomiendo que pruebes 1440p a 120 Hz (o más, si entra en tu presupuesto). Una experiencia de juego fluida como la seda es uno de esos privilegios a los que creo que todos deberíamos estar apuntando a día de hoy.

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