La aventura gráfica más cruel, turbia y grotesca se hizo hace 30 años, y dudo que va a ser superada nunca

Hay como dos realidades en el género de las aventuras gráficas: una llena de grandes éxitos que todos recordamos, como Monkey Island, Syberia o Broken Sword; y otra en la que habitan títulos más que inusuales —y a veces muy oscuros—, como Sanitarium o Harvester. En este segundo plano hay un juego que siempre ha destacado para mí, y en el que llevo años pensando de tanto en tanto: I Have No Mouth and I must Scream. Pero, ¿qué es este título con un nombre tan curioso y por qué es especial? Para comenzar, solo diré que es un juego absolutamente irrepetible.

Creado en 1995 y basándose en la historia corta homónima del escritor Harlan Ellison, I have no mouth and I must scream nos lleva literalmente al peor futuro imaginado de la historia de la ciencia ficción. Durante el transcurso de la Tercera Guerra Mundial, los tres grandes bloques —Estados Unidos, China y Rusia— decidieron que el conflicto era demasiado grande para la mente humana y crearon sus tres superordenadores. Tras analizar la situación, la IA norteamericana cobró conciencia y empezó a albergar un terrible odio hacia la humanidad, lo cual llevó a que asimilase los otros súperordenadores y destruyese nuestra raza causando un terrible holocausto nuclear. Ahora ese ordenador llamado AM —Allied Mastercomputer— domina el mundo y se deleita torturando a las pocas personas que quedan vivas en el mundo. Como puedes ver, la premisa ya de por sí es oscura, pero se vuelve mucho peor cuanto más profundizas en ella.

I have no mouth and I must scream, la aventura gráfica más dura de la historia

Advertencia de contenido: este juego trata temas que pueden resultar hirientes, como el abuso sexual, emocional y físico, body horror e ideaciones suicidas.

"No tengo boca, pero debo gritar" pone el foco de la acción en los 5 últimos humanos del mundo. Han sobrevivido no por mérito propio, sino porque la endiablada AM los ha mantenido con vida gracias a sus poderes omnipotentes. Siendo estos el blanco de su ira y odio sin igual durante 109 años, el ordenador hace un pacto con ellos: les dará a cada uno de ellos una misión que los enfrentará a su próximo infierno personal. Si consiguen cumplir la misión, serán libres de sus garras, permitiéndoles morir por fin.

Aquí es donde empieza tu experiencia: debes elegir el orden en el que quieres jugar los personajes y, entonces, controlarlos mientras se enfrentan a sus peores pesadillas. AM sabe cuáles son sus traumas y miedos, y estos van desde ver a ser queridos morir hasta crímenes de guerra realizados por científicos nazis o una desgarradora historia de abuso sexual. El juego —y la historia original— no se andan con chiquitas y en ocasiones pecan de ser excesivamente crueles.

Hasta aquí todo suena interesantemente terrible, pero hay otro apartado que hace que mi cabeza vuelva a esta aventura gráfica es el extraño autor de la historia original. Con literalmente miles de textos de diferentes índoles publicados, en vida fue un autor tan controvertido que tiene un enorme apartado para relatar sus disputas y encontronazos en su página de la Wikipedia. De hecho, por una discusión con una de sus editoras, acabó mandándoles docenas de ladrillos por correo e incluso un animal muerto.

El apartado visual del juego es tan retorcido como su premisa

Las polémicas que protagonizó lo llegaron a cargar contra Gene Roddenberry, creador de Star Trek, la Paramount, la organización militar de estudiantes de Texas, James Cameron e incluso la mismísima Marvel, entre otros muchos otros. Por supuesto, era la persona ideal para ponerle voz a AM en el juego de I Have No Mouth, y así lo hizo, queriendo ser parte activa del proceso de creación y adaptación de esta historia.

Estuvo tan involucrado, de hecho, que el juego no adapta exactamente la historia de su obra, sino que construye algo diferente sobre ella, y fue él coautor de algunos de sus segmentos. Se estima que escribiese alrededor de un 20% del material nuevo, mientras que los otros dos miembros clave del equipo —David Mullich y David Sears— se encargaron del resto. Entre este hecho y su interpretación, es seguramente uno de los autores que más cariño le puso a la adaptación de una obra suya, por irónico que suene.

A día de hoy, I Have No Mouth and I Must Scream está disponible para jugarse en sistemas modernos sin problemas. Si quieres disfrutar de una de las aventuras gráficas más únicas, míticas y, sobre todo, oscuras jamás creadas, puedes hacerte con él tanto en Steam como en GOG. Yo te aviso, nunca vas a jugar nada igual que esto, y es precisamente esta la razón —independientemente de su calidad, que es buena— por la que vuelvo mentalmente a este paisaje infernal de tanto en tanto.

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