Prey, de los creadores de Dishonored, no siempre se llamó así, y la historia detrás de ese nombre es hasta dolorosa

Prey
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Aquellos que disfrutamos de los shooters en primera persona un poco más añejos nos sorprendimos mucho cuando Arkane anunció Prey, uno de los juegos más importantes de 2017. Habiendo cogido el nombre de un título anterior de 3D Realms y quitándonos de sopetón toda la esperanza de que existiera un Prey 2, fue un momento complicado de asimilar para los amantes de los FPS, pero no solo para nosotros.

Hace un par de días que Raphaël Colantonio, uno de los tres fundadores de Arkane y director de Prey apareció en el podcast de Academy of Interactive Arts & Sciences para hablar sobre su nuevo proyecto, Weird West, pero también para reflexionar un poco sobre su pasado profesional y trayectoria, y aquí es donde arrojó luz sobre la situación de Prey.

"No quería llamar a nuestro juego Prey, y tuve que decir lo contrario delante de los periodistas [...] Nuestro juego no tenía nada que ver con Prey. [...] Quería pedirles perdón [a los desarrolladores del Prey original] muchas, muchas veces. Nunca tuve la oportunidad porque no los conozco. No fue nuestra intención robarles la IP. Es asqueroso y no es lo que quería hacer." sentencia Colantonio en la entrevista, mostrando que es algo que verdaderamente le afectó a nivel personal como artista y creador.

Tal es así que ha afirmado que este entuerto fue una de las razones para que se marchase de Arkane, la casa que él mismo había construido. Su relación con Bethesda tras verse forzado a aceptar decisiones con las que no estaba de acuerdo y respaldarlas ante la opinión general creó una discordancia sin arreglo posible, y eso hizo que abandonase su empresa.

Ahora, Colantonio está a cargo de WolfEye Studios, donde ha creado Weird West. Este episodio de su vida nos sirve para entender mejor su nueva obra: algo más pequeño, recatado y sin la presión de millones y millones de dólares en las manos de superiores que lo hagan girar por derroteros ajenos a sus intereses. Esta es, desde luego, una historia tan controvertida como triste en cierto modo.

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